ENCUENTRO EN EL LEAL-LAB TENERIFE-LA LAGUNA.
Para este último encuentro de trabajo e investigación que cierra todo el proceso iniciado en Figueres en otoño del 2013 nos desplazamos a la isla Tomas Aragay, Sofía Asencio y Bárbara Sánchez.
Una parte del quipo descansa pues ya. Colaboramos en esta ocasión con 14 personas y artistas de las islas. Haya un grupo heterogéneo en edades, procedencias y trabajos y esa da una riqueza muy interesante al grupo.
La experiencia de Tenerife es muy rica e importante. Es un taller que nos permite acabar de entender y consolidar el mecanismo de la excavación. Que de alguna forma lo libera de cierto encorsetamiento formal que todavía venía arrastrando. Es como si por fin le retiráramos el papel de regalo que envolvía el invento y este se empieza a expresar de forma libre, abierta y expansiva en todo su potencial.
Por otro lado en esta ocasión en la muestra final al público optamos por mostrar en dos partes separadas de un lado todo el trabajo físico de resonancias y manada, que aquí adquiere una nueva y mas clara significación, y del otro la excavación común distribución en el espacio en círculos que se demuestra como la mas adecuada y efectiva para incluir a los visitantes en el mecanismo y la dinámica de la excavación.
Vamos por partes.
Elementos relevantes de este encuentro:
A-En el proceso de “entrenamiento” de los futuros excavadores optamos por dedicar los dos primeros días a la técnica de la mayéutica en grupos de tres.
Es un acierto dedicar dos jornadas completas a este trabajo previo en el que los participantes se familiarizan con la idea de la pregunta como herramienta de excavación. Es seguramente gracias a esta insistencia en ello que empezamos a comprender algo que llevamos tiempo diciendo y intuyendo pero que no ha sido hasta este encuentro que no hemos visto materializarse con mas claridad:
La excavación es en realidad un mecanismo que sirve, sobretodo, para quitar tierra de encima de la palabra. No se trata tanto de definir o explicar el sentido último de tal o cual valor sino mas bien de limpiar tal o cual valor o palabra de toda la serie de “significados” que les hemos ido adhiriendo encima a lo largo de toda la historia de nuestro cultura.
Como dice a menudo Sofía, hay que desmentir en cierta manera a cada palabra para que vuelva a surgir como un misterio y con todo su potencial.
La pregunta es en este sentido un elemento clave para conseguir este trabajo de sacar capas, eliminar capas y poder ir mas abajo en la excavación.
Hay que poner en duda, preguntarse, y desmentir cada cosa para poder ir ahondando en la oscuridad del fondo, donde como dice nuestra canción solo encontraremos tierra y sudor.
B-En las primeras excavaciones detectamos una actitud que ha de ser clave para el excavador. Debe intentar entrar en la excavación sin ninguna expectativa de significado. Debe aprovechar el silencio inicial para vaciarme.
Y siguiendo en esta línea de trabajo cada vez que digo algo durante la excavación luego debe vaciarme totalmente. Es como si soltara esas palabras y su sentido al centro de la excavación y luego me abandonara al vacío, dispuesto a oír y seguir a los demás. Cuando digo vacío la cabeza.
Como decía Sofía en nuestros mantras matinales citando a Chicho Sanchez Ferlosio:
-Solo tengo aquello que doy, solo se aquello que he olvidado, Todo lo que esperes jamás llegará, aquello que esperas jamás lo tendrás.
C-El trabajo físico crece de forma exponencial en este encuentro. Con una base que las de la imitación. Jugando a partir de este axioma tan simple y que es la base de nuestro aprendizaje cuando somos pequeños.
Imitar al otro podríamos decir que es el nivel mas básico y profundo de nuestra forma de relación con los demás.
Es importante e interesante que en esta parte de trabajo con el cuerpo hay un límite claro. La palabra no tiene cabida.
Si en cambio todas las formas de comunicación que el cuerpo posee.
Las onomatopeyas en forma de gritos, la expresión de la cara en todas sus facetas y potencialidades. La expresión de los ojos. La propia ocupación del espacio.
Y sobretodo la IDEA y FORMA de la MANADA. Del grupo de seres que transitan juntos un espacio, se necesitan, imitan, protegen y alimentan unos a otros.
Por otro lado se empieza a establecer una forma de trabajo que va encontrando su lugar de forma paulatina, día a día, en la que el grupo, la manada, a través de distintos juegos de imitación entre ellos van construyendo ciertos rituales conjuntos que van dando forma y estructura a este ejercicio de energía continua y grupal.
De ahí se va difiriendo una idea dramatúrgica que coge fuerza y es utilizada el día de la presentación. Y mas allá de eso se consolida en nuestras cabezas para el futuro trabajo escénico.
Esta primera parte física de la pieza:
-Es necesaria para hacer llegar al visitante a la excavación con un transito a través del cuerpo y la energía que le “limpie” de su intelectualidad y disposición mas racional habitual.
-Es pertinente a nivel discursivo. Es interesante el contraste claro y rotundo que se establece entre la “facilidad” con la que una manada se comprende entre si a través del cuerpo, la energía y la vibración conjunta, y la “dicifultad2 enorme que encontramos en entendernos y trabajar “con” cuando entra en juego el discurso y la palabra en la segunda parte.
-Este trabajo con y desde el cuerpo debe ser un ritual compartido entre los miembros de la manada. Y compartible también por el público. Debe pues tener unas normas y roles identificables, como todo ritual.
Debe ser una catarsis energética movilizadora.
En la presentación, Sofia, la chamana de la manada, acaba por preguntar a un espectador que ¿que es lo que ha venido a buscar allí, al teatro?.
Esta es una pregunta clave que nos da una pista importante para dar sentido y dirección al ritual que hay que construir.
Un ritual que ha de servir para transfigurar a los espectadores. Prepararlos para el trabajo de la excavación de la segunda parte.
De echo todo el proyecto es una transfiguración del propio teatro y su sentido.
Ya no puede el espectador venir al teatro a que le cuenten una historia, le distraigan y punto.
Este es un proyecto del teatro del HUECO, el teatro del SILENCIO. Como el hueco en las esculturas de Oteiza. Esta en el hueco compartido, en ese vacío que todos visitantes y actantes debemos rellenar juntos.
-Sofía toma con mas seguridad, claridad y herramientas el papel de Chamana en la primera parte y el papel de Capataz en la segunda.
Una figura importante que da dirección, sentido y ritmo a toda la experiencia.
Hablábamos durante el proceso de la figura de Tadeus Kantor y su presencia en escena como el escultor que hasta el último momento quiere estar en contacto con el material. Y claro el material en esta experiencia está completamente vivo y en continuo presente en todo momento. Y por ello es del todo justo y necesario que esta figura exista y trabajo allí en vivo y en directo en todo instante.
Hacemos luego dos días de excavación sobre la palabra FUERZA.
Tomo también estas otras notas que son afinaciones de ciertas herramientas del excavador:
-Reducimos el número de excavadores en el círculo. CINCO sillas y CUATRO excavadores trabajando. Pienso que es un número mejor. Tiene un mejor equilibrio entre voz y silencio. Tiene un mejor equilibrio entre simplicidad y complejidad. En la presentación usamos este dispositivo numérico y pienso que se revela como muy eficaz y ajustado.
-Para excavar hay que trasponerse hacia lo arcaico. Salir de mi contemporaneidad. De mi pensamiento preestablecido y ya cosificado. Por tanto esta prohibido DECIR AQUELLO QUE YA SE. Hay que salir de esa zona de confort intelectual y adentrarse en lo desconocido.
Esto es FUNDAMENTAL y el gran hallazgo de este último encuentro. Este es el verdadero y genuino esfuerzo que debe intentar acometer cada excavador y el único que le puede llevar a la revelación. A una cristalización nueva y con la capacidad de provocar una catarsis que si el grupo excava unido y a la escucha puede provocar una catarsis colectiva.
En Tenerife se da el fenómeno varias veces de que un excavador entra en una especie de “trance” y empieza a decir cosas que parece que le atraviesan. Se convierte en canal de la voz común. Punto clave e importante que nos ha de permitir ahondar mas. Y que de echo es un DIFICULTAD ninguna a la retar una catarsis cole
Varias veces alguien es incapaz de repetir lo que acaba de decir. No lo recuerda como si no lo hubiera dicho el mismo.
Otras veces aparece la elocución tipo grito o eslogan. Un subidón de un excavador que siente la necesidad de lanzar al circulo una cristalización en voz lata y clara como una reivindicación del objeto hallado.
Éstos fenómenos verbales llegan gracias a este camino. A este trabajo de despojarse de lo que uno ya sabe y a esta férrea obligación de no decir ni preguntar aquello que uno ya sabe de antemano. De no dar espacio ni tregua ninguna a la retórica en la excavación.
Punto clave e importante que nos ha de permitir ahondar mas. Y que de echo es un DIFICULTAD que ayuda.
-Otro elemento muy importante que se reconfirma y nombra de forma clara es:
HAY que escuchar todo aquello que se va materializando en la excavación. NO PODEMOS DEJAR pasar ni una de esas materializaciones por alto. Hay que ser estrictos en ese sentido para evitar ir abriendo hoyos o caminos de excavación distintos y demasiado variados. Centrar la excavación es tomar cada palada y cada materialización como importante y necesaria y trabajar desde ella.
-También surge la reflexión sobre lo importante que es la NECESIDAD que cada excavador sienta de excavar e ir mas abajo. Este trabajo EXIJE COMPROMISO total.
No se puede excavar como para pasar el rato, como quien no quiere la cosa.
Si no hay un férreo compromiso de todo el grupo de excavadores la excavación está abocada al fracaso.
Otro elemento de reflexión que se pone de nuevo sobre la mesa es como compartir de forma adecuada esta experiencia con un visitante:
En este sentido aparecen varias aportaciones interesantes:
-Este es un ritual sin dogma. Estupenda y muy ajustada reflexión para definir y enmarcar la experiencia.
-Tenemos una experiencia muy reveladora. Un domingo el proyecto se traslada a una casa compartida entre nueve personas en medio del campo en un pueblo.
Allí pasamos todo un día. Por la mañana llegamos y entre todos adecentamos y “ocupamos un espacio”. Mientras se prepara la comida, una paella, uno de los participantes en el taller muestra un trabajo suyo. Luego comemos y tomamos el café.
A media tarde, en el hall de la casa, que es grande y lo permite, montamos el dispositivo de la excavación con sillas e invitamos a la gente que ha comido con nosotros a visitar y participar en una excavación.
Aquello genera una concentración, un sentido y una comunión extraordinarias. Todo el mundo entra a excavar y se siente apelado por el mecanismo.
No hay luces, no hay espacio escénico, podría haber sido en la cocina o en el patio.
La excavación tiene sentido mas allá del contexto teatral y quizás tiene mas sentido justo porque esta fuera del contexto teatral. Visitantes, excavadores o profesores del taller. Los roles se diluyen y el mecanismos es de todos y es empujado y vivido por todos por igual. Esta podría pues ser una experiencia nómada que sucediera allí donde fuera por deseo expreso de una comunidad.
Adjunto pequeño texto que uno de los que compartieron con nosotros la herramienta, Roy de los bosques” publicó en su blog al día siguiente.
“Me invitaron.
Dudé.
Fui.
No, suelta el teléfono se estás pensando en denunciarme, no hicimos nada ilegal. Aunque hubo profanación, necrofilia y algo de memoria histórica.
Es verdad que no participé activamente (dios le da palabras a quien no tiene palabras), pero si tuve el enorme privilegio de estar presente mientras otros excavaban por mí.
Lo que hicieron fue desenterrar dos palabras de sus tumbas.
Desfigurar.
Y
Compasión.
Yo ya no puedo pensar en estas palabras de la misma forma.
Algo ha cambiado para siempre, que cantaría Tulsa.
Eso es lo que hace el “desenterrador”, un proyecto de investigación y creación escénica de la Societat Doctor Alonso que está realizando esta semana una residencia en colaboración con el centro de artes vivas LEAL:LAB de la Laguna, Tenerife.
Un equipo multidisciplinar que intenta poner de manifiesto la estrecha y cambiante relación que se produce entre las palabras y su uso.
Para mi, como persona viva, fue como excavar hacia arriba, con el pensamiento, buscando el aire, el aire de todos, arriba hay algo, en esa palabra hay algo que nos une, los vasos comunicantes , la caja de resonancia. Algo.
Para mi, como escritor, que recurro al diccionario común, que adoro mi diccionario de símbolos, que me encanta perderme en el origen etimológico de las palabras, fue toda una revelación.
Me había vuelto a olvidar.
Me había vuelto a olvidar que las palabras hay que sentirlas, que hay que hacer el movimiento para que otros las sientan.
La emoción. Eso era, claro que sí.
Un desentierro del sentido, una vuelta a lo corpóreo, a lo útil, a la verdad.
¡Verdad! Vaya palabra para desenterrar!
Usamos tantas palabras de manera tan promiscua , obsoleta, absurda, relativa, pobre.
Desenterrar es coserle muy prieta la emoción a la palabra.
Volver a ella, a su origen sensible, cuando ahora lo único que hacemos es usar las yemas de los dedos para comunicarnos con emoticonos.
Todos deberíamos tener la oportunidad de excavar (nos), porque es una forma de amar (nos)
Si ves a los desenterradores por tu ciudad, no dudes en seguirlos, porque dignificaran de nuevo el silencio, Y porque te van a ayudar a crear cualquier cosa que quieras.
Si no desentierras es que tal vez estás muerto de miedo. Y si estás muerto, tú verás si eres un fantasma.”